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MARÍA CÁNEPA
Lady Macbeth, "Macbeth", 1959
Reina Gertrudis, Hamlet, 1979

María Cánepa y Agustín Siré en "Macbeth"

Significó la gloria, porque es un gran poeta y un gran escritor. Todo lo que dice está vivo.

Para mí fue una gran emoción el poder hacer un Shakespeare, y hacerlo con mi marido. Pedro (Orthous) dirigió y Agustín Siré fue Macbeth. Era muy lindo, y todo el elenco también.
Después vino Gertrudis, de "Hamlet''. Hubo, claro, algunas cosas como que de repente los jóvenes no entendían muy bien, pero los más maduros pudimos salir adelante.
Con todas las obras clásicas yo gozo. No sé si me brotará la sangre italiana que tengo.

HÉCTOR NOGUERA
Octubre 2003 Dirige a actores franceses en Ricardo III, de Shakespeare.
1992 protagoniza "El rey Lear", Teatro UC
1990 Dirección de "Hamlet"
1979 protagoniza "Hamlet", Teatro UC

Héctor Noguera como "El Rey Lear"

Lo último que hice de Shakespeare fue "El Rey Lear", con traducción de Nicanor Parra, lo que facilitó mucho las cosas, porque siendo una traducción fiel al original, tenía también el estilo propio de Parra y eso hacía que uno tuviese una cercanía al texto mucho más fluida y conocida.

En las otras obras el tema del lenguaje fue más difícil. Se hizo una traducción que no estaba mal, estaba bien, era una traducción correcta, pero a mi modo de ver le faltó vuelo poético. Siempre uno tiene problemas con los textos, porque están escritos en un idioma que no es exactamente el de uno; es parecido, pero no es el de uno. Lo que tiene de bueno Shakespeare es que es un autor tan grande que permite hacerse de muchas maneras y da mucha libertad de interpretación al director y a los actores. Tiene una amplitud tan grande que permite experimentar. Algunas experiencias son muy interesantes y otras no resultan para nada, pero lo importante es que permiten esto.


ALEJANDRO COHEN
Shylock, El Mercader de Venecia. Dirección de Hernán Letelier
Otelo. Dirección de Hernán Letelier. 1981

Alejandro Cohen en "Otelo"

Me refiero específicamente hasta el año 80, porque los tiempos y las puestas en escena han cambiado. Ser actor clásico es un trabajo más intenso de lo que significa una escuela de teatro como formación de actores. El actor que egresa tiene que seguir tomando clases adicionales, específicamente de técnica vocal, porque normalmente el teatro clásico requiere de un esfuerzo técnico enorme. Además de las largas tiradas de texto, la actuación es distinta, pero tiene que verse como real. Hay reglas del juego entre espectador y escenario, pero tiene que ser creíble. El actor y el director necesita calibrar un nivel tal de mantener lo clásico –porque son tiradas largas y verdaderos resoplidos que uno se manda- y, al mismo tiempo, tener un estilo que tiene que ver con la época, una forma de decir, una expresión corporal y proyección. Son muchos los elementos que se conjugan, por lo tanto ésas son las dificultades. No cualquier actor puede hacer teatro clásico, menos Shakespeare, que además es tremendamente difícil. Es todo un trabajo maravilloso que requiere de mucha precisión: la gesticulación, expresión en el escenario, el manejo de espadas, el de un vestuario que no es el de uno”.

En "El Mercader de Venecia'', Shylock era un personaje que no tenía voz completa, trabajaba con una voz a medias, casi resoplando, lo cual implicaba técnicamente hablando un triple esfuerzo.

Lo que culmina todo esto es la gran emotividad que tiene, que es característico de lo clásico. Trabajas con grandes emociones, matizadas por las pequeñas, pero es algo que tienes que calibrar muy bien, si no, te conviertes en una lata.

Para cualquier actor, la cúspide de su carrera es interpretar un clásico. Hoy las reglas del juego han cambiado, y eso hay que aceptarlo. El teatro clásico, en su máxima y magnánima expresión de lo que significa una representación de época, a mi juicio, ya se terminó hace mucho rato.


FERNANDO CUADRA
Traducción de Las Alegres Comadres de Windsor. Dirección de Eugenio Guzmán.
Traducción de Sueño de una noche de verano. Dirección de Eugenio Guzmán. Teatro Itinerante.
Productor de Tito Andrónico. Teatro La Palomera. Dirección Aldo Drogett.

Fernando Cuadra

Más que gratificante, ha significado para mí un verdadero estímulo, placer y agrado trabajar con obras de Shakespeare porque, al mirarlas con otra óptica, me ha permitido penetrar más en la riqueza indiscutible de este genio del teatro universal. He entendido mejor el mundo que él nos plantea, que incluso en sus comedias –yo he adaptado dos comedias en versiones bastante libres- no son tan sencillas. Por el contrario, son tan complejas como sus tragedias y sus dramas. Se es un genio cuando hay una unidad temática indiscutible.

Creo que Shakespeare es el dramaturgo, junto con los griegos, de carácter más humanista, en cuanto a entender el hombre como una integridad que puede proyectarse en distintas variantes.

Lo difícil es captar realmente la diferencia que hay entre el pensamiento dicho en su idioma original y ese pensamiento traducido a un idioma en el cual no existe ni siquiera la palabra equivalente. Por eso, más que hacer una traducción de palabras, yo procuré hacer en cada una de las versiones una traducción de imágenes. A mi juicio, los dramaturgos más que escribir con palabras escriben con imágenes.

Ahí yo me encontraba con un recurso fácil para establecer la relación, que es la metáfora, por ejemplo. De manera que fue para mí un trabajo también estimulante en lo creador, y no tuve ninguna dificultad para traducirlo a la imagen que el espectador chileno entendía en relación con el concepto de las imágenes que él decía en su propio idioma. Eso explicaría el éxito indiscutible de público de las dos obras. “Las alegres comadres de Windsor” duró 8 meses y fue retirada porque había que cumplir con el programa. Y “Sueño de una noche de verano” fue uno de los estrenos más estimulantes que tuvo el Teatro Itinerante de entonces.

Enriquecedora es siempre esa experiencia, porque también con Tito Andrónico se me produjo una experiencia semejante.

RAMÓN NÚÑEZ
"Mucho ruido y pocas nueces". Dirección de Eugenio Guzmán
"Romeo y Julieta". Dirección León Rubin
Director de "Hamlet". Escuela de Teatro UC
Director de "Sueño de una noche de verano". Escuela de Teatro UC
Director de "El Mercader de Venecia". Escuela de Teatro UC

Ramón Núñez

La experiencia ha sido enriquecedora para mí, más que los resultados, en la parte docente, porque he podido hacer experimentos. He podido poner Shakespeare al día, como él mismo ponía sus temas al día en su época.

Desde el punto de vista de la docencia teatral, del montaje de una obra al interior de la escuela de la universidad, siempre es difícil, ya que el teatro del Renacimiento, sobre todo el inglés, tiene más o menos 17 hombres y 3 mujeres, y en las escuelas de teatro de todo el mundo lo que sobran son mujeres y lo que faltan son hombres. Entonces tienes que hacer verdaderos malabares para poder montar Shakespeare de una forma más o menos que no te sobren tantos roles masculinos. La razón es que en la época de Shakespeare las mujeres tenían prohibición de subirse al escenario, y los niños –cuyos padres prácticamente los entregaban a especies de escuelas de declamación- tenían una carrera bastante corta, porque cuando les empezaba a crecer la barba o a engrosárseles la voz, se les acababa la carrera como mujer. Hay que pensar que Shakespeare escribió las Julietas, las Beatrices y las Ofelias para muchachitos que tenían entre 12 y 14 años.

En cuanto a las dificultades, todos los montajes que yo he hecho de Shakespeare han sido ambientados en otra época. No hay autor más moderno que William Shakespeare.

Para Shakespeare la imaginación jugaba más que nada. Sus valores más grandes son el ojo para descubrir la naturaleza de la psicología humana con todos sus errores, con toda su soberbia, con todos sus equívocos, con toda su estupidez y con toda su grandeza, y retratarlo en una atmósfera de una poesía inalcanzable.

ALFREDO CASTRO
1992 Dirección de "El Rey Lear"
1978 Romeo, "Romeo y Julieta". Teatro itinerante. Dirección de Fernando González.

Alfredo Castro junto a Norma Ortiz en "Romeo y Julieta", 1978

Trabajé en un proyecto muy especial de Shakespeare que fue "El Rey Lear", traducido por Nicanor Parra. La experiencia fue muy grata porque la traducción me aproximó a la obra, al igual que a los espectadores, de una manera muy poco usual frente a un Shakespeare, ya que la dificultad más grande son las traducciones. La traslación que hizo Parra de esta obra nos ayudó a os actores y espectadores a aproximarse a ese mundo.

Para mí lo que ha representado siempre una dificultad es el lenguaje, las traducciones, pero en este caso no fue así.

Me ha tocado la suerte de trabajar con dos traducciones de dos grandes poetas, porque la versión de "Romeo y Julieta" era con texto de Neruda. No me he enfrentado a un texto de Shakespeare en una versión española.

Estuve un año en Londres estudiando y los mismos ingleses y norteamericanos que estaban en mi curso tenían problemas gravísimos para entender Shakespeare en el inglés antiguo en que está escrito.

En todos los dramaturgos hay un trabajo con el lenguaje que es fundamental, entonces al no tener acceso a esa magnitud del lenguaje, tampoco al humor que hay detrás de ese lenguaje. Yo creo que Parra lo logra en forma maravillosa en su traslación de "El Rey Lear'', y hablo más bien de traslación, porque creo que eso fue lo que hizo Nicanor: un traslado de la obra a un lenguaje y a un universo totalmente comprensible para el público y para los actores.

MAGDALENA AMENÁBAR
Soprano

Magdalena Amenábar en "Shakespeare in voice", Biblioteca Nacional

Ha interpretado música Isabelina, música de la época de Shakespeare y canciones compuestas para obras de teatro que incluyen partes cantadas compuestas por músicos como Robert Johnson, John Wilson y Thomas Campion. Estrenó en Chile los "Ophelia Lieder" de Brahms, que cantó engarzados por los "Drei Ophelia Lieder" de Richard Strauss; "La mort d'Ophélie"’ en las versiones de Berlioz y Saint-Saens; "Ariel songs"’, de Michael Tippett, aparte de obras escritas por compositores como Thomas Arne, Roger Quilter y Benjamín Britten.
Recitales "Shakespeare’s Kingdom", "Shakespeare: palabras para cantar’" y "Shakespeare, My Shakespeare"’. Biblioteca Nacional, Santiago Community Church, y "Shakespeare in voice"’, en Centro Montecarmelo y Goethe-Institut. Entre 1999 y 2002.

Cuando hago música renacentista me pasa que tiene un tempo interior y una referencia al silencio que aportan una interioridad diferente. Las canciones isabelinas y la música renacentista inglesa en general es un placer; cuenta con una estilística muy contenida y exacta, aunque se refiera a pasiones muy potentes. En esa época todo se decía a través de la poesía.

Siempre ha significado para mí un placer cantar obras basadas en textos de Shakespeare, ya que la música estimula contenidos y los textos proponen muchos otros. Además he tenido la suerte de hacerlo junto a grandes intérpretes como Daniel Ganum (laúd), Óscar Ohlsen (laúd), Erika Voehringer (piano) y Eduardo Figueroa (laúd).

Las mayores dificultades se encuentran en la comprensión total del lenguaje. Pero lo disfruto enormemente por las posibilidades que da. Si yo con algo me he entretenido en mi vida es con Shakespeare. Si a eso le agregas que sobre las palabras se acomoda un lenguaje musical, la experiencia todavía es más interesante. Los enfoques cambian de acuerdo a cómo avanza el lenguaje de la música también, lo que es muy patente en las versiones de la locura de Ofelia según Brahms y Richard Strauss, y en las canciones de Ariel de Thomas Arne enfrentadas con las de Tippett.

NÉSTOR CANTILLANA
2000 Hamlet en "Hamlet"
1997 "Comedia de Equivocaciones"

Néstor Cantillana interpretando "Hamlet", febrero de 2000

Interpretar a Shakespeare es como estar en las grandes ligas porque, además de su importancia como autor, hacerlo implica un tiempo y una pega muy grande, debido a que hay mucho material. Se ha escrito mucho sobre él y hay muchas teorías e interpretaciones.

Todo este material hace mucho más atractivo el hecho de poder bucear en las profundidades que propone el autor. El trabajo previo me provocó muchas emociones diferentes pues leí todas las versiones, aunque después, en el escenario, uno se olvida.

Actuar a este autor ha sido un placer para mí. Hamlet es un rol que quisiera volver a hacer porque son pocas las obras que te dan la posibilidad de profundizar tanto.

 

ANDRÉS CÉSPEDES
Director de "Macbeth"
Director de "Comedia de equivocaciones", adaptación de Andrés Silva. Teatro Universidad de Chile, 1997.

Néstor Cantillana interpretando "Hamlet", febrero de 2000

Cada frase de Shakespeare tiene tanta profundidad y vida que dirigir una obra de él resulta fascinante. Es un gran desafío y un privilegio.

La dificultad radica en que son textos bastante profundos, porque cada vez que uno los lee se encuentran nuevos significados.

Estas obras pueden adaptarse a todas las épocas y culturas. Yo tuve que estudiar mucho para poder hacer una versión aceptable.

Todas las obras de Shakespeare son palabras mayores y dirigirlas implica un gran desafío, pues guarda directa relación con el grado de madurez que uno alcanza en su vida y en su carrera.

SHLOMIT BAYTELMAN
Regania, "El Rey Lear", dirección de Alfredo Castro, 1992.

Shlomit Baytelman como Regania en "El Rey Lear"

Fue una experiencia increíble. Imagínate lo que significa, sobre todo en una obra como "Rey Lear", con todo ese drama entre familiares.

Fue una obra dirigida por Alfredo Castro en 1992, donde sentí que a todos nos quedó un poco grande la obra.

Sin embargo, fue fantástico. Creo que es uno de los textos más difíciles que me han tocado. Fue un trabajo muy largo, con muchos ensayos en los que tratábamos de entender lo que quería el director.

Es un proceso muy difícil. Estas obras son tan populares que uno no se puede equivocar ninguna vez. En definitiva, la disfruté y también la sufrí, aunque quizás ahora sería diferente pues cada año uno es algo mejor.

 

COCA GUAZZINI
Lady Macbeth, "Mac...TV" Dirección de Leonardo Bustos. 2000.
Cordelia,"El Rey Lear", dirección de Alfredo Castro, 1992.

Coca Guazzini y Sebastián León en Mac... Tv, 2000

Trabajar en una obra de Shakespeare es simplemente una gran oportunidad para cualquier actriz. Implica encontrarse con un lenguaje complicado y poético, y con situaciones que plantean las más opuestas emociones.

Ir descubriendo y entendiendo el significado de esas bellas palabras es ir encontrando también dentro de uno, una particular manera de decir y de actuar.

Para mí fue una importante, gratificante y cariñosa experiencia, por eso doy las gracias.

PAULINA URRUTIA
Preparándose para interpretar a Desdémona, de "Otelo" que estrenará el teatro UC en julio

Paulina Urrutia

Básicamente es una gran oportunidad ya que toda mi carrera ha sido en base a dramaturgia nacional. Siento que se me da la posibilidad, que con esto Shakespeare por fin me pescó.

Estudié el papel como haría toda estudiante de teatro, leí las versiones, "El Rey Lear'' que hizo Alfredo castro hace años.

Lo más importante de esta obra es que es algo simple, pero con lo que se puede comunicar mucho.

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