|
|
ROYAL
SHAKESPEARE COMPANY: El grupo británico presentó en Colombia su última versión para "Romeo y Julieta". Se trata de un montaje interracial que, pese a esta característica, no busca entregar mensajes. "Lo más importante es tratar de traspasar la belleza del lenguaje, no tirar panfletos", agregan. "Chile
es un país al que nos gustaría volver", declara James
Sargant, director de giras internacionales de la Royal Shakespeare Company.
En nuestro país estuvieron apenas unos días en 1995, donde
brindaron tres funciones de "Henry VI" y no tuvieron tiempo
de conocer las maravillas naturales que los catálogos les enseñaban. "Lamentablemente él no pudo venir porque el próximo viernes estrenará en Broadway "The herbal bed", una obra sobre las correrías amorosas de una de las hijas de Shakespeare", cuenta. No es un tanto sacrílego que una companía tradicional se presente en un circuito tan comercial como Broadway. "Para nada. Nuestro grupo ha vivido una constante apertura desde 1960 cuando bajo la dirección de Peter Hall comenzamos a montar autores distintos a Shakespeare. Además, nuestro grupo debe autofinanciarse en base a donaciones y pago de derechos de representación. La comedia musical "Los miserables", por ejemplo, fue creada hace trece años por nuestro ex director Trevor Nunn y aún nos reporta un millón y medio de dólares al año gracias a sus presentaciones en Broadway". SIN PANFLETOS La historia de la Royal Shakespeare Company (RSC) se remonta a 1875 cuando Charles Edward Flower, un cervecero de Strattford, lanzó una campaña con el fin de construir un teatro en el lugar de nacimiento del genio isabelino. Sólo en 1961 el grupo tomó su nombre actual y por estos días ya tiene cinco teatros en Londres y Strattford. Y aunque se mantiene como una companía independiente de la corona británica, sin duda es la más importante de todo el Reino Unido y del mundo en lo que a las obras de Shakespeare se refiere. Sin embargo, y pese a su dilatada historia, el grupo reniega de su condición de "museo shakespereano". Aseguran no sentirse garantes de la genialidad del escritor y se muestran bien dispuestos a aceptar versiones cinematográficas como la que Baz Lurhmann hizo de "Romeo y Julieta", ambientando la tragedia en las costas de Miami. De hecho, la versión que la RSC trajo hasta Bogotá y que terminará sus presentaciones en junio próximo en Verona, lugar original de la tragedia no es fiel al texto original. Transcurre en un ambiente siciliano muy influenciado por el filme "1900". Son dos familias trabajadoras casi sin sirvientes, muy diferentes de los nobles Capuletos y Montescos de Shakespeare, las que se enfrentan. Sin embargo, esta versión tiene un Romeo negro y no se hace mención a un conflicto interracial. ¿Por qué no adaptar aún más la obra? "Para nosotros no fue tan importante entregar un mensaje político con esta obra, hay otros grupos que montan a Shakespeare y que lo hacen. Hablan de sexo, de corrupción y critican al gobierno. Además, la sociedad británica es absolutamente interracial, así que no se justificaba". ¿No será que para la Royal Shakespeare Company es limitante ser precisamente la Royal Shakespeare Company? "Shakespeare fue un gran poeta y aún así nosotros hemos cortado en algunas partes el texto porque si no duraría cerca de cinco horas. Pero como él era un poeta creemos que lo más importante es traspasar la belleza de su lenguaje, no tirar panfletos. Ser modernos no significa corromper sólo por corromper". "Una vez, en un montaje de "Romeo y julieta" un director de la companía quiso plantear una relación homosexual, entregar un mensaje, y simplemente no funcionó". FABRICA DE TALENTOS Otra de las canteras que definen la historia de la Royal Shakespeare Company es su innegable condición de fábrica de talentos para la industria cinematográfica. Por sus filas han pasado a través de la historia directores como Peter Brook o actores como Vivien Leigh, Lawrence Olivier, Richard Burton y últimamente Hugh Grant y Ralph Fiennes. Esto bien lo saben los jóvenes protagonistas de esta versión interracial de "Romeo y Julieta", Ray Fearon (Romeo) y Zoe Waites (Julieta). "Hasta hace algún tiempo la companía tenía actores que permanecían vinculados diez o quince años. Ahora las cosas han cambiado, porque existe una gran demanda de la industria cinematográfica que nos lleva a estar dos o tres años", dice Fearon, quien además estuvo a punto de encarnar al trasvestido Mercuccio en la versión fílmica de Luhrmann. "Estar acá es un gran trampolín... Así, al menos, lo esperamos", agrega Waites. ¿Y qué piensan los directivos de esta rotativa de actores? Contesta
Sargant: "Nos gusta y la verdad esperamos que de vez en cuando
vuelvan. Ojalá todos lo hicieran, pero tal vez nosotros no podríamos
pagar tanto como el cine".
|