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Shakespeare siempre vigente
El Mercurio, lunes 21 de diciembre de 1998

Aunque en el mundo artístico haya un abanico de posibilidades, y el cine de 1998 haya estado liderado por insectos animados o amenazas a la Tierra, siempre en algún momento la figura del dramaturgo inglés aflora. Este año, tres películas han hecho de las suyas: "Elizabeth"; "Trabajos de amor perdidos" y "Shakespeare in love". Sin contar la polémica "The Herbal Bed", que la Royal Shakespeare Company presentó en Broadway.

Si hace poco tiempo se presentó en los circuitos internacionales, en un marco isabelino a todo dar, la película "Elizabeth", del director Shekhar Kapur, con Cate Blanchett, Geoffrey Rush, Joseph Fiennes, Fanny Ardant y John Gielgud (donde se recrea una parte de la historia de la vida de la hija de Enrique VIII), ahora es el propio dramaturgo inglés quien toma el protagonismo.

A principios de este mes fue estrenada en Estados Unidos, y en medio de gloriosas críticas, "Shakespeare in love", una película biográfica dirigida por de John Madden, con Joseph Fiennes (Will Shakespeare) y Gwyneth Paltrow (Viola de Lesseps, la mujer de sus sueños, que se convierte "en la heroína de todos los tiempos", como la califica un comentarista norteamericano), donde se toma al dramaturgo en sus años mozos de fines del siglo XVI.

Y ya está en rodaje un próximo proyecto basado en la obra del autor inglés: la versión fílmica de "Sueño de una noche de verano". Con un reparto que incluye a primeras figuras como Michelle Pfeiffer (en el rol de Titania), Sophie Marceau (Hipólita), Rupert Everett (Oberon) y Kevin Kline (Bottom), el director Michael Hoffman se toma la libertad de ambientar su adaptación de la célebre comedia de Shakespeare en la región italiana de Tocana a comienzos del siglo XIX.

El estreno de la cinta, actualmente en estapa de postproducción, está previsto para mayo de 1999. En tanto, una segunda versión de la misma obra está también en preparación, dirigida por James Kerwin y con la actriz Olivia Hussey, la Julieta de Zeffirelli. Y si fuera poco, se puede recordar también que la temporada 1999 de la Opera de Roma incluye la partitura creada por sir Benjamin Britten para la misma obra.

Suman y siguen

El mayor genio del teatro inglés, conocedor de la naturaleza humana y dueño de un hábil uso del lenguaje poético y los recursos dramáticos, Shakespeare trascendió las barreras seculares hasta llegar al siglo XIX, cuando sus obras comenzaron a ser reconocidas en todo el mundo. Hoy son vastamente representadas en los escenarios teatrales y sirven de base para numerosos experimentos.

El teatro mundial se ha apropiado de ellas, llegando incluso a exageradas versiones experimentales. Nuestro país ha visto montajes fieles, otros de carácter itinerantes (como aquel de los años 70 con unos jóvenes Alfredo Castro y Norma Norma Ortiz), hasta más aventurados como el que el director Rodrigo Marquet hiciera en esta década. La propia Royal Shakespeare Company - que estuvo en Chile en 1995 con "Henry VI"- presentó en abril pasado, en Colombia, una versión de los amantes de Verona interracial, que se alejaba del texto original y que transcurría en un ambiente siciliano.

El cine tampoco ha estado ausente desde años remotos, siendo directriz importante en el desarrollo de la dramaturgia shakespereana. "Romeo y Julieta" ha tenido sus innumerables versiones: desde la antiquísima cinta protagonizada por Leslie Howard y Norma Shearer; pasando por una parodia de Cantinflas; por la grandiosa película de Franco Zeffirelli (con Olivia Hussey y Leonard Whiting) o la musical y moderna "Amor sin barreras", de Leonard Bernstein, hasta llegar a una más contemporánea producción con Leonardo DiCaprio como Romeo y Claire Danes como Julieta.

De sus obras más conocidas no ha faltado una versión. John Cassavettes protagonizó una moderna "La Tempestad". Y en esta década se ha tenido al "Libro de Próspero", basada en "La tempestad", de Peter Greenaway (con John Gielgud); "Doce noches", de Trevor Nunn (con Helena Bonham-Carter), el "Ricardo III" de Richard Loncraine, también ambientada en este siglo, con Ian McKellen y Annette Bening, y el documental "A la búsqueda de Ricardo III" de Al Pacino. "Hamlet" ha sido protagonizada por Lawrence Olivier y Mel Gibson. Pero la última, de más larga duración - aunque en Chile se estrenó sólo en video y absolutamente reducida, con créditos finales que nunca aparecen durante la película- , ha sido la de Kenneth Branagh, quien se ha convertido en el director y actor que más cine shakespereano ha hecho en el último tiempo.

Branagh ha traído a "Enrique V", "Ricardo III" y "Mucho ruido, pocas nueces", entre otras, y, como actor fue Iago en el "Otelo" de Oliver Parker. Ya presentó su reciente mirada a "Trabajos de amor perdidos" y tiene en planes una nueva versión de "Macbeth", que se sumará a las antólogicas de Welles y Polanski.

La propia Royal Shakespeare Company - que ha tenido en sus filas a Lawrence Olivier, Vivien Leigh, Diana Rigg, Peter Hall y al propio Branagh- se aventura en montajes de alguna forma referentes al dramaturgo. Es así como, mientras algunos del grupo estaban en abril en Colombia, otros se encontraba en Broadway, al mando de Michael Attenborough, presentando "The herbal bed", una polémica obra por su alto porcentaje de erotismo, basada en la verdadera historia de Susanna Hall, hija de Shakespeare, que fue juzgada por adulterio.

Y es que el autor da para mucho (no en vano hay 8 organizaciones mundiales que llevan su nombre y 33 festivales internacionales). Durante este año, en nuestro país, se llevó a cabo el ciclo "Todo Shakespeare para todos", en la Biblioteca Nacional, donde hubo música isabelina y basada en textos del poeta; lecturas dramatizadas ("Macbeth", "Hamlet", "La tempestad"); charlas sobre las obras del dramaturgo llevadas a la ópera, el ballet y la música, y la exhibición de las películas de dibujos animados "Sueño de una noche de verano" y "Hamlet".

La propia Escuela de Teatro de la Universidad de Chile presenta por estos días "Ubu Rey", que puede llegar a considerarse como una deconstrucción del "Macbeth". Suman y siguen. Versiones tras versiones. Con un gran número de actores a lo largo de la historia que se han visto tentados con la magnificencia universal y siempre vigente de Shakespeare.


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