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Vinicius de Moraes, Shakespeare de Ipanema
Por Juan Antonio Muñoz
El Mercurio, Artes y Letras. Domingo 2 de julio de 2000

El próximo sábado 8 de julio, producciones La Gárgola ofrecerá, en el Teatro Oriente, dos conciertos en homenaje al poeta del bossa nova, con motivo de cumplirse el vigésimo aniversario de su muerte. Georgiana, la tercera hija de Vinicius, junto a algunos compañeros de ruta y otros amigos serán los encargados de animar la noche.

-Vinicius de Moraes solía condensar sus composiciones hacia el final de la noche y, para dar con un ambiente más adecuado a su ímpetu creativo.

Canta María Creuza, una noche de septiembre de 1998. El escenario lo presta el Estadio Santa Rosa de Las Condes. Un telón negro da el marco y la vena tibia de la Creuza comienza a enrojecer los rostros del público que, lentamente, se va sumiendo en el letargo sensual del bossa nova. La cantante bahiana de "Vocé abusou" no explota un temperamento salvaje: el bossa nova quiere apurar el sexo y el contacto a través de la quietud de un canto aterciopelado.

Ella también, al igual que los músicos que presidirán la fiesta del próximo sábado 8 de julio, rendía entonces homenaje a Vinicius de Moraes, a quien evocó desde las sombras, mostrándolo a través de su afición por los colores de la voz, por las mujeres y el alcohol: la imagen de las manos de María Creuza acariciando un vaso fueron tan expresivas como "Eu seu que vou te amar". Marinho Boffa, el talentoso pianista brasileño, alteró luego el carácter cadencioso del recital, para agitarse un poco más con "Si todos forem aguais a vocé".

Pero la cadenciosa Creuza sí se agita a la hora de hablar de Vinicius. "¡Cómo no, si él fue quien se fijó en mí como cantante y fue él quien me dio la primera oportunidad cuando llegué a Bahía! Yo tenía 18 y él ya pasaba los 40. Me buscó y me dijo que era la cantante que andaba buscando", cuenta, comentando luego que la revolución sin bulla del bossa nova tuvo tres sementales: Vinicius, el compositor Antonio Carlos Jobim y el cantante Joao Gilberto.

"Trabajé diez años con Vinicius y cada cosa que viví con él está en ocho cuadernos que son mis diarios de vida. La bahiana no va a ningún lado, decía cuando existía la posibilidad de que yo trabajara con alguien distinto. Ojalá pronto pueda vencer la modorra y los ponga en el computador para contarle algo de todo eso al mundo".

"VIVA VINICIUS"

El sábado 8 de julio, a las 19:00 y 20:00 horas, en el Teatro Oriente (Pedro de Valdivia 055), se efectuarán los dos conciertos en homenaje al poeta carioca Vinicius de Moraes, con motivo de cumplirse el vigésimo aniversario de su muerte.

El encuentro, titulado "Viva Vinicius", contará con la presencia de Georgiana, hija del poeta; Miucha Buarque, hermana de ChicoBuarque y amiga de Vinicius; Carlos Lyra, músico y compositor; Sebastián Tapajoz, guitarra; Nico Assumpcao, contrabajo, Helvius Vilela, piano, y Mario Bahía, batería.

El espíritu de este tributo es unir en un mismo escenario a "parceiros" (amigos, compañeros de ruta, hermanos) de Vinicius, para recorrer su vida y su obra.

Las entradas para los conciertos están a la venta en el local de Feria del Disco(Ahumada), las tiendas Falabella y la boletería del Teatro Oriente. Los valores son$ 18.000 (preferencial), $ 15.000 (platea baja) y $ $ 10.000 (platea alta). Consultas e informaciones al teléfono 695 3978.

Luego de empezar a trabajar, en 1970, con el músico Dorival Caymmi, De Moraes y María Creuza armaron trío con el guitarrista y cantante Toquinho. Así, en el verano del 71, Brasil y el resto del mundo vieron en las vitrinas el primer y único disco de los tres, que incluía "Vocé abusou" y que dio la partida a una sociedad que duraría hasta 1978. "Eramos como doña Flor y sus dos maridos", una pareja de tres. Indudablemente que Vinicius era Vadinho: se casó nueve veces, pero conmigo no era posible porque yo estaba casada. La gente decía que yo era la nueva enamorada de Vinicius, pero eso no fue así".

La casa en fiesta

"Viva Vinicius", título del tributo en Santiago, no tendrá a María Creuza, pero sí a Georgiana de Moraes, hija del poeta, quien recitará en español un poema de Pablo Neruda dedicado a su padre, que se encuentra en el libro de Moraes "Historia natural de Pablo Neruda", impreso en Salvador de Bahía en 1974, en una limitada edición de 300 ejemplares.

Es probable también queGeorgiana se anime con algún texto en portugués, como el famoso "Auto-Retrato", donde el poeta confirma que nació en 1913, dice que su nombre es Vinicius (da Cruz de Mello) y que De Moraes es su sobrenombre. Allí espeta que fui, soy y seré casado, que fue periodista por placer y un funcionario de bancos incompetente, y que lo que más le ha gustado en vida es la mujer, com prioridade da minha.

"También hay una letra en español de una canción no muy conocida que se llama "Amigo porteño" y es probable que la recite", informa al teléfonoGeorgiana, cuya experiencia con Vinicius no es tanto de la etapa de poeta cuanto de la de hombre vinculado a la música.

"¡Mi papá se casó nueve veces! En total somos cinco hermanos, cuatro mujeres y un hombre. Yo soy la tercera y todos parecemos hijos de la misma madre. Hay mucho parecido entre nosotros; tenemos un cuerpo fuerte y una manera de hablar que viene de mi padre".

Hija de Lila, el segundo matrimonio de Vinicius, Georgiana trata de construir una imagen del poeta como papá:

"Yo era chiquita y recuerdo que despertaba de noche para llamar a alguien que me fuera a acompañar. Lo hacía y me encontraba con que mi casa toda era una fiesta, con los actores de "Orfeo da Conceio" y los músicos por todas partes. Entonces llamaba a mi tío para que fuera a buscarme, porque mi papá no estaba para eso. Cuando Vinicius se separó de mi mamá, terminé viviendo con él", relata feliz, sin una gota de rencor.

"Más bien es lo contrario. Es cierto que Vinicius no me daba la atención que yo necesitaba, pues su vida era lo otro. El no paraba nunca. Tenía algo así como un destino mesiánico. Al mismo tiempo, era generoso con nosotros. Cuando yo ya fui mayor me junté otra vez con él y viajamos a Punta del Este y Mar del Plata, con María Creuza y Toquinho. Participé en ese show tocando las maracas y lo pasé estupendamente".

"Sabe, es fuerte tener a Vinicius como padre. Para todos nosotros - Pedro, Lucía, Luciana, Mariana y yo- es igual. Gracias a Dios nos llevamos todos muy bien, lo que puede ser difícil en casos de este tipo, con derechos autorales de por medio y todas esas cosas. Felizmente, nunca hemos tenido un problema".

- ¿Le dio él algunas claves para recitar su poesía?
- ¡A mí felizmente, no! De verdad no fue necesario, porque vi muchas veces a Vinicius leyendo o recitando sus poemas, y siempre gustó su manera de hacerlo. Yo sigo esa misma línea, la siento parte de mí. Es algo muy familiar.

Síntesis isabelina

Pocos saben que el responsable de la letra de "Garota de Ipanema" siempre consideró como fundamental en su manera de hacer poesía a William Shakespeare. Incluso en su "Auto-retrato" escribe expresamente que, en Oxford, estudió literatura inglesa, "que para mí fue fundamental".

Shelley, Keats, Yeats, Coleridge y, especialmente, el autor de "Trabajos de amor perdidos" fueron clave en una producción lírica que no desconoció los afectos y que se vincula, desde el subdesarrollo de Brasil de los años treinta, con la teoría de los afectos desplegada por Peri, Caccini y Monteverdi, todos seducidos por Orfeo y Eurídice, en el siglo XVII italiano: las palabras expresivas, la música que nace de las palabras.

Vinicius llegó a Oxford en 1938, con una beca del Consejo Británico:

"El período en la universidad inglesa fue muy importante. El contacto con la poesía fue definitivo, en el sentido de limpiar mi cabeza. Aquella capacidad de síntesis de los poetas ingleses, especialmente de los isabelinos, es extraordinaria. Mi tema de tesis fueron los sonetos de Shakespeare".

Ya en 1941 comenzó a dedicarse al periodismo - su pasión confesa- como crítico de cine. Enamorado del séptimo arte, participa en la fundación de la revista "Filme" (1947) y mantiene contactos con Orson Welles, Walt Disney y Gregg Toland. Eran los años de sus inicios en la diplomacia (vicecónsul en Los Angeles, en 1946) y de las "Cinco elegías" (1943).

Con el sol de Río en la sangre, Shakespeare, jazz y Orson Welles, Vinicius estaba formado.

Qué cosa más linda...

El poeta viajó a Europa en 1952 con el objetivo de aprender acerca de la organización de los festivales de Cannes, Berlín y Venecia, teniendo en vista la realización de un festival de cine en Sao Paulo. Ese mismo año, se quedó en París como segundo secretario de la embajada.

En 1954 su pieza teatral "Orfeo" - que se convertiría en filme laureado en Cannes en 1959- fue premiada en el IV centenario de la ciudad de Sao Paulo.

Si su poesía anterior al bossa nova lo muestra con una influencia religiosa fuerte - "fui una especie de católico burgués, y mis filósofos fueron Nietzsche y Pascal, aquella patota de facultad"- , pronto su tendencia natural se tradujo en una poesía intimista y personal, volcada al amor físico y con un lenguaje coloquial y lírico al mismo tiempo.

Fue así como llegó al encuentro de lo que se llamaría bossa nova, con Río de Janeiro como escenografía. Los biógrafos de movimientos musicales dicen que nació un día de abril de 1958, en medio de alegres tardes e interminables noches, en la estrechez anímica y corporal de jóvenes aprendices y maduros intelectuales. La sofisticada armonía del jazz y la síncopa se unieron a los alegres ritmos brasileños. Así nació la novedad.

Tom Jobim y Vinicius de Moraes no eran de los que escriben en las mesas de los bares, a pesar de que juntos estuvieron muchas veces en el bar Veloso, que hoy se llama "Garota de Ipanema" en honor del himno del bossa nova.

De Moraes solía condensar sus composiciones hacia el final de la noche y, para dar con un ambiente más adecuado a su ímpetu creativo, le pedía a su amigo Lula Freire que dejara una cerveza en el refrigerador de su departamento, famoso por ser "el último bar abierto de Río".

Al alba, mientras Freire aún dormía, Vinicius tocaba el timbre, la empleada le abría y le ponía entre las manos la cerveza soñada. Así aparecían los versos.

"Garota de Ipanema", al parecer fue escrita en Petrópolis, a 66 kilómetros de Río. Finalmente, debutó, con la música de Tom Jobim, en el club Au Bon Gourmet, una noche bohemia de agosto de 1962.

Cinco meses después, en enero del 63, "Garota" salió a pelear el mercado y desde entonces todo cambió para los creadores. Heloísa Eneida Menezes Paes Pinto, conocida en Brasil como Heló Pinheiro, recién se enteró tres años después que ella había sido la musa. A los 15 años no sólo había convulsionado la imaginación erótica de Jobin y De Moraes sino también la de todo el mundo.

Es curioso que esa velada famosa en el Bon Gourmet fuera también la noche que lacró la ruptura amistosa entre Tom Jobin y Vinicius de Moraes. Desde entonces, nunca volvieron a componer a cuatro manos.

Joao Gilberto le preguntó a Tom:

- ¿Y si usted compusiera ahora una canción que nos pueda contar lo que es el amor?

- Mira, Joaosito, yo no sabría. Vinicius sí que puede hacer poesía, respondió Jobim.

De Moraes tomó el micrófono y agregó:

- Y qué daría yo para que Joao cantara....

A lo que Gilberto respondió:

- ¿Pero quién soy yo? Yo no soy como ustedes. Mejor si cantáramos los tres...

A continuación, el trío entonó:

Mira qué cosa más linda, más llena de gracia, es ella la niña, que viene y que pasa, con dulce cadencia camino hacia el mar...


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