El impacto de la baja actividad económica y el freno del consumo provocado por la propagación del covid-19 ya se empezaron a sentir en las arcas fiscales durante marzo. Pese a que el estado de catástrofe y las medidas de aislamiento social se decretaron después de la segunda quincena de ese mes, la recaudación por Impuesto al Valor Agregado(IVA), que concentra casi la mitad del total de ingresos tributarios netos, cayó un 6,2% real respecto del mismo período del año anterior, de acuerdo al último reporte mensual de ejecución presupuestaria que publicó la Dirección de Presupuestos (Dipres). A nivel de los primeros tres meses del año, los ingresos por el también llamado impuesto al consumo mostraron un mejor desempeño, con un crecimiento real anual de 3,6%. Sin embargo, para el resto del año la situación no es auspiciosa. Según estimaciones de la Dipres y el ministerio de Hacienda en el último Informe de Finanzas Públicas (IFP), para este año se prevé una caída de 7,7% en la recaudación del IVA, el mayor desplome en 11 años.
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