El Banco Central publicó este jueves la minuta de su última Reunión de Política Monetaria (RPM), que se llevó a cabo entre el 12 y 13 de octubre pasado. En dicha ocasión, el ente rector consideró cuatro opciones para elevar la Tasa de Política Monetaria (TPM), e incluso, se estimó aplicar un alza de hasta 150 puntos base (pb.).
Sin embargo, el Consejo decidió que el incremento de 125 pb a la TPM, para dejarla en 2,75%, era la alternativa más adecuada.
Esto porque se llegó a un consenso de que la mejor opción era ubicar la TPM en torno a su nivel neutral (3%) en la próxima reunión,
dejando espacio para que el Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre pudiesen calibrarse los pasos a futuro.
Los antecedentes
En el documento, el Banco Central destacó, entre los antecedentes analizados en la RPM, que la inflación del país había subido más de lo previsto en si último IPoM, ubicándose en 5,3% en septiembre.
Además, subrayó que los antecedentes mostraban que en el tiempo transcurrido desde el último IPoM, "tanto la actividad como la inflación subyacente, se habían comportado de acuerdo con lo esperado".
"Un Imacec algo inferior a lo anticipado en julio se compensó con un desempeño superior a lo previsto para agosto", indicó.
Por otra parte, resaltó que las proyecciones de corto plazo para la demanda interna y la actividad también se mantenían dentro de lo esperado. "En el IPC total, en cambio, había variaciones mayores en las proyecciones, que afectaban especialmente al componente volátil -no subyacente- dados los aumentos de los precios de los combustibles y algunos alimentos", explicó el instituto emisor.
Se mencionó también que "las mayores diferencias respecto del escenario central del IPoM de septiembre se observaban en las condiciones financieras y en las expectativas de inflación. Las primeras habían experimentado un notorio empeoramiento, como evidenciaba la significativa depreciación del peso, el desacople de la bolsa local con los mercados internacionales, y el fuerte aumento de las tasas de largo plazo desde principios de año".
En el caso de las tasas, destacó que "su aumento había sido mucho mayor que el experimentado por economías como Australia, Nueva Zelanda, Noruega, e incluso mayores que el de otros países en Latinoamérica. Se sumaba como antecedente el análisis de modelos estructurales, que confirmaban que tanto la depreciación cambiaria como al alza de tasas de largo plazo estaban explicadas mayormente por elementos idiosincráticos", afirmó.
Asimismo, la minuta de la última RPM señala que se hizo hincapié en que "este estrechamiento de las condiciones financieras tendría un efecto en la actividad". En cuanto a las expectativas de inflación, se destacó que "estas se habían elevado para todas las fuentes y en todos los plazos, incluido el horizonte de política de 24 meses".
"Se mencionó que la causa fundamental del aumento de estas expectativas no parecía estar ligada a una falta de credibilidad del compromiso del Banco con el control de la inflación, sino que a la incertidumbre causada por el contexto político-legislativo y sus implicancias en las medidas de impulso a la demanda", enfatizó.
En tanto, se resaltó que "la economía chilena enfrentaba un escenario macroeconómico de alta complejidad. Por un lado, un alto crecimiento y presiones de demanda, que en circunstancias normales apreciarían el tipo de cambio atenuando las presiones inflacionarias, eran sobrepasadas por elementos de riesgo cambiario cuyos efectos depreciativos presionarían los precios".
Por otro lado, "las mayores tasas de interés y el mayor tipo de cambio impactaban negativamente la actividad y la inversión en el mediano plazo. Se sumaba la evolución de las expectativas de inflación y los antecedentes preliminares del IPN, que señalizaban la relevancia de los aumentos de costos y los indicios de mayores traspasos a precios".
En el plano externo, se destacó que "se observaban ciertos cambios respecto de meses previos, con algún deterioro de la actividad y un estrechamiento de las condiciones financieras, esto último en respuesta a algunos riesgos que se levantaban -como la persistencia y ampliación de las disrupciones de oferta- y al inicio, o su cercanía, de la normalización monetaria en varias economías".
Y señala el comunicado que "la respuesta de los mercados financieros había aumentado la volatilidad y las tasas de interés de largo plazo, aunque con una reacción bastante más moderada en los países desarrollados que en los emergentes".
"A estos ajustes también contribuía cierto temor por lo que ocurría con la empresa china Evergande, que ponía el foco en el alto endeudamiento del sector inmobiliario de ese país, pero que tras el covid-19 aparecía como inquietud más amplia", indica el documento.
Análisis y decisión política
De acuerdo a lo expresado en la minuta, el Consejo concordó que "un entorno macroeconómico donde la actividad estaba por encima del potencial y la inflación se estaba acelerando, era necesario que la política monetaria siguiera transitando desde una instancia expansiva a una instancia más neutral".
En este contexto, el Consejo consideró cuatro opciones de aumento de la TPM para esta Reunión: subirla en 75 pb; en 100 pb; en 125 pb; o en 150 pb.
"Todos los Consejeros estuvieron de acuerdo en que, dada la evolución del escenario macroeconómico y sus riesgos, era necesario que la TPM se acercara a su nivel neutral antes de lo previsto en el escenario central del IPoM de septiembre", explica el documento.
Sin embargo, a juicio del Consejo, "la mejor opción era ubicar la TPM en torno a la neutral en la próxima reunión, dejando espacio para que en el IPoM de diciembre pudiesen calibrarse los pasos a futuro, teniendo presentes las perspectivas revisadas para la actividad y la inflación en el 2022 y 2023. En este contexto, hubo coincidencia en el Consejo en que las opciones de subir la TPM en 100 o 125pb parecían las más adecuadas", aseguró.
Esto ya que "eran coherentes con la necesidad de acelerar el ritmo del retiro del estímulo monetario y, además, en ambos casos la TPM estaría por debajo de la cota mínima de la tasa neutral estimada, por lo que con certeza debería seguir subiendo en las próximas reuniones".
De acuerdo a la directiva del Banco Central, la opción de aumentar la TPM en 100 pb "era coherente con la evolución de las expectativas de mercado y podía ser suficiente para explicitar el mayor riesgo materializado, dadas sus fuentes, en particular, el dinamismo del consumo y la incertidumbre en los mercados financieros".
En opinión de otro Consejero, "decidirse por una opción u otra tenía un elemento táctico relevante, que era la pertinencia o no de sorprender al mercado. En su visión, lo más relevante era comunicar que se realizaría un acercamiento más rápido hacia una TPM neutral, y en ese escenario un aumento de 125 pb era una combinación prudente entre un alza algo mayor que la que esperaba el mercado y la necesidad de transmitir que se adelantaba la normalización de la trayectoria de la TPM".
En cambio, las opciones de aumentar la TPM en 75 o 150 pb "parecían menos plausibles a juicio del Consejo, pues tenían un componente de sorpresa que podría ser complejo de entender para el mercado".
"Por un lado, la opción de 75 pb podía dar una sensación de continuidad del escenario central del IPoM que no se condecía con los cambios observados; además, en un contexto en que las expectativas de inflación se habían elevado, podría ser contraproducente", explicó.
Respecto a la opción de aumentar la TPM en 150 pb aparecía como "una buena alternativa si lo que se quería era sorprender fuertemente al mercado e intentar afectar las expectativas de inflación".
Sin embargo, indicaron que esta opción contó con algunos reparos. "En particular, que podría generar un estrechamiento mayor de las condiciones financieras locales, para lo cual no se contaba con proyecciones que lo dimensionaran, o que se asociara a una respuesta a sorpresas inflacionarias que no tenían relación con la inflación subyacente".
Así, finalmente, el presidente Mario Marcel, el vicepresidente Joaquín Vial y los consejeros Pablo García, Alberto Naudon y Rosanna Costa votaron por aumentar la TPM en 125 pb, hasta 2,75%.