Talento
escénico
Dos voces
masculinas recorren el siglo XX casi entero, forjando parte importante
de la identidad del cantor francés, capaz de desplegar su magnetismo
escénico tanto en un teatro, un estudio cinematográfico
o una sala de grabación. Son personajes que, durante el período
de entre-guerras, lograron gran difusión en Estados Unidos, estableciendo
como nunca antes la voz francesa como señal cultural europea.
El primero -y más popular- es Maurice Chevalier,
nacido en 1888 en Menilmontant y fallecido, en 1972, luego de protagonizar
una biografía excepcionalmente acontecida, que incluye su participación
en la Primera Guerra Mundial, su captura como prisionero por parte del
Ejército alemán, su trabajo en Nueva York junto a importantes
figuras del jazz, y sus intermitentes períodos de residencia
en Hollywood, donde desarrolló una destacada labor actoral (Love
in the afternoon, Gigi). Su popularidad no necesitó
tanto de una gran voz, sino de su habilidad escénica, a veces
cómica, a veces dramática. Fue de gran influencia su múltiple
militancia entre el cine, el cabaret y la música, desarrollando
un modo de trabajo que luego imitarían sucesores como Yves Montand
o Charles Aznavour. Poco antes de morir le prestó su voz al tema
central de la cinta animada Los aristogatos, de Disney. Sus
colaboraciones son casi una enciclopedia de los más importantes
nombres estadounidenses de los años 40, e incluyen a Nat "King"
Cole, Peggy Lee, Tony Bennett, Frank Sinatra y Ella Fitzgerald.
Inspirado
en su ejemplo, el más joven Charles Trenet desarrolló
hasta su muerte, en el año 2001, una labor musical igualmente
versátil, anclada de modo importante en los modos del "entertainer"
de music-hall, aprendido de Estados Unidos. Su modo ágil y su
voz suave de barítono le ganaron el apodo de "Le fou chantant"
(El cantante tonto), pero sin desprecio, porque con Trenet hay acuerdo
en que la canción tomó forma de gran arte. También
como Chevalier, su trabajo gozó de gran popularidad en América,
logrando que muchos de sus éxitos fuese traducidos al inglés.
Entre los más conocidos, están "La mer" y "Je
chante".
Basándose
en su ejemplo, durante los años 60 grandes nombres franceses
del canto asumieron al cine como un terreno natural para extender sus
talentos. Algunos, como Charles Aznavour, terminarían
trascendiendo por la música (pese a su participación en
películas tan famosas como El tambor de hojalata o Disparen
al pianista). Lo mismo sucede con Gilbert Bécaud,
quien asumió pequeños roles en filmes como Casino
de París y Toda una vida, pero logró el
real éxito a bordo de canciones que asumieron estatus de clásicos.
Muchas de ellas se tradujeron al inglés, como "Et maintenant"
("What now my love") y "Je t'appartiens" ("Let
it be me"), además de populares canciones en francés,
como "Nathalie". Por su energía y prolifidad, a Becaud
se le conocía como "Monsieur 100,000 volts", hasta
que su afición al cigarro acabó con su vida, en diciembre
del 2001.
Otros cantantes,
en cambio, son más conocidos en Chile por sus roles cinematográficos.
Es el caso de Yves Montand, un nativo de Italia que
llegó a compartir pantalla con Marilyn Monroe, pero que también
registró canciones populares ("A bicyclette", "Trois
petites notes de musique", "Je cherche après Titine")
con su voz temblorosa de barítono. No es raro que los cantantes
franceses lograsen figuración en el cine, considerando su pose
teatral sobre el escenario. Más que cantantes, son íconos
de la cultura francesa, capaces de exportar al mundo una identidad inconfundible
de elegancia y sentimiento. Incluso la biografía de Charles Aznavour
tiene el tono de una historia dramática: un chico sencillo, acomplejado
de su canto, que trabajó como chofer para Edith Piaf y que logró
de ella el impulso para tomarse la música más en serio.
Sus composiciones son reflexiones dolidas pero agradecidas sobre las
relaciones amorosas, teñidas todas de un cierto desprejuicio
bohemio, que remite a los pequeños apartamentos parisinos como
nidos de amor, y que tiene en "Venecia sin ti" su cumbre universal
de nostalgia musicalizada.
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