Little
Richard
Desde los ojos actuales, la excentricidad de Little Richard quizás
no parezca gran cosa. Pero contextualizados en los años cincuenta,
su baile frenético, su jopo desafía-gravedad y sus pestañas
maquilladas son los de un ser casi extraterrestre, atrevido más
allá de lo conveniente. Además, sus hits nunca escondieron
un tono sexual que incluso hoy levantaría algunas cejas. Su primer
hit, “Tutti frutti”, es simbólico de la inclasificable
música de Richard Wayne Penniman (1935, Georgia), nacida de la
aceleración de los patrones gospel y R&B y luego disparada
por el carisma de un intérprete sin miedo al ridículo. El
grueso de su mejor repertorio lo concentró entre 1955 y 1957, incluyendo
“Tutti Frutti”, “Long tall Sally”, "Slippin'
and slidin'" y "Good Golly, miss Molly". Hacia fines de
1957, un inesperado llamado religioso lo alejó de la música
durante algunos años, dejando consternada a su audiencia, pues
Richard se encontraba entonces en plenitud de capacidades. Cuando regresó
a la música, lo hizo para cantar himnos de gospel, hasta
que en 1962 decidió capitalizar la admiración que producía
en los nuevos rockeros británicos, y volvió a abrazar por
un tiempo el rock & roll. En una gira por Gran Bretaña, contó
con el teloneo de los entonces jovencísimos Beatles y Rolling Stones.
Su técnica vocal fue una evidente influencia en Paul McCartney
(los Beatles popularizaron en Europa su “Long tall Sally”).
Little Richard es tanto un ícono visual de la etapa de gloria del
rock & roll como un intérprete de gran influencia en el desparpajo
que hasta hoy caracteriza al género. Orgulloso de sus raíces,
su visión libre de la música y el espectáculo en
vivo resultarían de enorme importancia para el desarrollo del rock
más allá de un asunto de estructura o ritmo. James Brown
es al soul lo que Little Richard al rock & roll: el brillo y la locura.
Un hit:
“Tutti frutti”
Un disco: Here´s Little Richard
(1957).
Una frase: “Awopbopalubopawopbamboom”.
Más información: www.rockhall.com
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