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| Recién en su quinta visita a Chile, la italiana pudo pisar la Quinta Vergara. Venía de Buenos Aires, donde había sufrido una descarga eléctrica mientras actuaba en vivo. Sobrevivió para encontrarse con el Monstruo. Venía con su marido, un coreógrafo italiano, pero al ver las dimensiones del escenario chileno se plantó como una diva: "No bailo, a no ser que me agranden el escenario". Su show, sin embargo, fue pura energía, paseándose por los éxitos que hasta hoy siguen encendiendo las pistas de baile en Chile. Junto a Raphael y Franco Simone fue la contratación más cara de ese año, con 60 mil dólares de paga. La Reina del Festival debió responder insistentes preguntas sobre su amistad con el sacerdote Raúl Hasbún, a quien conoció en un programa televisivo: “Él me saludó y me dijo que se afeitaba escuchando mis canciones. Es un hombre maravilloso, un teólogo, un sacerdote de Dios y un ser sumamente culto". |
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