Fue parte del más brillante año del Festival de Viña, ése en que el alcalde Rodrigo Crespo invirtió como nadie antes (800 mil dólares, se informó en la prensa de la época) en contar con una lista de invitados que aún sorprende, y que incluyó a José Luis Rodríguez, Julio Iglesias, KC and the Sunshine Band y Miguel Bosé. Entre todos ellos, Sesto –quien había debutado en el escenario en 1974- se sostuvo casi exclusivamente en su canto, sin escándalos ni grandes peroratas sobre la situación política, ciñéndose a un repertorio que incluyó éxitos como “Todo por nada”, “Jamás” o “Perdóname”.

Con toda una orquesta a su disposición, y con la parcial participación de la cantante Ángela Carrasco, Sesto encendió lo mejor de su repertorio romántico, cuando su voz aún cubría varias escalas y su rostro era casi el de un niño iluminado por un talento y sensibilidad innegables.

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