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Estudio revela que empresas con propósito muestran mejor desempeño y mayor preparación ante desafíos futuros

El sondeo Pulso Propósito mostró que un 57% de las organizaciones con propósito declaró haber aumentado sus ingresos, en contraste con el 33% de las que no lo tienen.

12 de Mayo de 2025 | 11:09 | Por Natalia Munar | Portal Pyme
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Comprender qué significa realmente tener un propósito y cómo su vivencia dentro de una organización puede marcar la diferencia en su capacidad de adaptarse y prosperar frente a desafíos actuales y futuros fue el motor que impulsó la cuarta versión del estudio Pulso Propósito 2024, realizado por Adapsys y Sistema B Chile. Esta edición incluyó por primera vez la mirada de empresas no certificadas, con el objetivo de comparar su desempeño con las Empresas B Certificadas y demostrar que vivir un propósito puede ser una ventaja competitiva, incluso sin contar con dicha certificación.

Esta colaboración entre ambas entidades nació durante la pandemia, motivada por la necesidad de entender cómo ciertas organizaciones lograban adaptarse y resistir mejor las turbulencias del entorno. Desde entonces, el foco se ha mantenido en analizar cómo el propósito –cuando es más que una declaración en el papel– funciona como una palanca que moviliza a los equipos, fortalece la resiliencia y potencia los resultados de negocio.

Los resultados de 2024 confirman que existe una diferencia sustancial entre tener un propósito declarado y vivirlo activamente. Un 88% de las organizaciones participantes asegura contar con un propósito, pero solo el 67% afirma que realmente se vive en el día a día. Esta brecha se acorta en el caso de las Empresas B, que muestran un 72% de vivencia del propósito, en comparación al 61% de las empresas no certificadas. Las microempresas también lideran este aspecto, con un 76% de vivencia, versus el 65% de las megaempresas.

Vivir el propósito se traduce en mejores resultados


Más allá de las declaraciones, el impacto de vivir el propósito se refleja con fuerza en los resultados. Un 69% de las empresas que cuentan con propósito perciben un mejor desempeño en sus indicadores clave, mientras que solo el 28% de las que no lo tienen reportan lo mismo. Cuando el propósito es vivido por la organización, la cifra sube al 72%.

Zdenka Astudillo, directora ejecutiva de Sistema B Chile, explica que “tanto para las Empresas B como para las no certificadas, la vivencia del propósito está articulada en la estrategia del negocio y sus acciones”. En el caso de las B Certificadas, agrega, este elemento se integra como el corazón del modelo empresarial, buscando un balance entre éxito financiero e impacto social y ambiental.

Este enfoque también se traduce en crecimiento, ya que un 57% de las empresas con propósito reportó aumento de ingresos, en comparación al 33% de aquellas que no lo tienen. Si se observa el nivel de vivencia del propósito, la tendencia se mantiene: 70% versus 63%.

El estudio también exploró cómo estas organizaciones enfrentan desafíos más amplios. En inclusión, por ejemplo, el 67% de las empresas con propósito cuenta con políticas activas, frente a un 39% en aquellas que no lo tienen. En salud mental y bienestar, el 63% versus el 11%.

“El nivel de vivencia del propósito está fuertemente relacionado con la percepción favorable de preparación frente a desafíos del futuro, colaboración intergeneracional, bienestar y salud mental y desarrollo de habilidades digitales”.

Lucía Colunga, consultora asociada de Adapsy

Empresas con propósito están más preparadas para una economía sostenible


En cuanto a sostenibilidad, los resultados dan cuenta de que las empresas con propósito están más preparadas frente a los estándares que exige la Certificación B. Esto incluye contar con estrategias para prácticas sostenibles, políticas de comunicación que prioricen la transparencia y acciones para medir y reducir la huella de carbono. Esta última sigue siendo una deuda transversal: solo un 40% muestra avances, sin grandes diferencias entre quienes tienen o no propósito declarado.

Pero sí se aprecian diferencias relevantes cuando se considera la vivencia del propósito y la certificación. En materia ambiental, el 62% de las Empresas B Certificadas se declara preparadas, frente al 33% de las no certificadas.

“Una característica esencial de la Certificación de Empresa B es la mejora continua. Para transformar la forma de hacer negocios y tener una economía más inclusiva, equitativa y regenerativa es fundamental la evaluación continua y la adaptación a nuevos escenarios”, concluyó Astudillo.
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