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¿Qué sabemos del virus?: Cómo ha cambiado la estrategia para enfrentar el covid-19 conforme aparecen nuevos hallazgos

Su existencia fue constatada hace cinco meses y no se conocían mayores detalles de su comportamiento. Algunas medidas para evitar el contagio, como el uso de tapabocas, inicialmente fueron rechazadas por las autoridades sanitarias.

28 de Mayo de 2020 | 19:36 | Por Consuelo Ferrer, Emol
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El Mercurio
El último día de 2019, las autoridades sanitarias de Wuhan, en China, dieron a conocer que existían 27 personas con síndrome respiratorio agudo grave, y una semana después se informó que la causa era un nuevo virus de la familia de los coronavirus, que fue bautizado provisoriamente como 2019-nCov. A fines de enero, la OMS declaró una emergencia de salud internacional por el brote del que ya era conocido como SARS-CoV-2. Hoy, el virus ha provocado una pandemia que ha matado a 356 mil personas en todo el mundo.

Al principio, la información disponible acerca del virus era escasa o casi nula. Todo lo que se sabía era que pertenecía la misma familia del virus que provocó la epidemia de SARS en 2002, que no llegó a Chile. Hubo investigadores que pensaban que, por ese antecedente, quizás el virus tampoco hiciera su arribo al país. No obstante, el primer caso se confirmó el pasado 3 de marzo. A la fecha, se contabilizan más de 86 mil casos y 890 decesos.

Antes de eso, cuando el virus llevaba un mes de transmisión principalmente en China, no se conocía la fuente del brote ni se sabía con certeza el medio de propagación. "Parecería que el coronavirus no era una enfermedad típicamente transmitida por el aire, sino que se transmite a través de gotas de tos o estornudos", dijo el portavoz de la OMS, Christian Luidmeier, a fines de enero.

En un inicio, las estimaciones indicaban que un 20% de los infectados experimentaban una enfermedad grave y se hablaba de la existencia de asintomáticos, que tampoco se sabía si podían ser contagiantes. "Es algo que necesita ser examinado, ya que actualmente todavía es desconocido", explicaba.

Tampoco se tenía claridad sobre los síntomas. Se consideraba que la neumonía era uno, pero se desconocía si un infectado podía no desarrollar complicaciones pulmonares. No había certeza, todavía, del periodo de incubación del virus ni de la duración que debía tener la cuarentena. Con el paso de los meses, las respuestas han aparecido de la mano de los hallazgos médicos.

¿Cómo ha cambiado la estrategia para enfrentar el virus con el surgimiento de nueva información científica?

Periodo de incubación


En enero, un boletín de la OMS señalaba que el periodo de incubación del virus podía extenderse entre 2 y veinte días. A la semana, un estudio de investigadores chinos publicado en la revista médica estadounidense New England Journal of Medicine afirmaba que era de 5,2 días en promedio.

Ante la falta de consenso en un plazo de incubación, los países han optado por establecer la cuarentena en 14 días

Luego, en febrero, un grupo de 37 investigadores de hospitales y escuelas médicas chinas informaron las conclusiones de su trabajo, que mostraba que el periodo de incubación podía llegar a ser de hasta 24 días. El 21 de ese mes, se reportó el caso de un paciente que incubó el virus por 19 días antes de presentar síntomas.

Ante la falta de consenso, las autoridades de cada país comenzaron a impulsar una cuarentena de 14 días, un promedio basado en la información entregada por entidades como la OMS, el Centro para el Control y la Prevención de las Enfermedades y las autoridades de salud de China. En Chile se adoptó el mismo periodo.

Los asintomáticos


"Un caso de coronavirus asintomático alerta a la comunidad científica", decían los titulares de la prensa internacional a fines de enero. La detección sugería que se podía propagar el virus sin desarrollar la enfermedad y, por tanto, sin poder detectar el contagio.

Se trató del caso de un niño de 10 años, lo que hizo creer también que los menores de edad tenían cierto nivel de inmunidad al covid-19 y que actuaban como "vectores de contagio", una situación que todavía no puede comprobarse con exactitud.

En Chile, el 29 de abril se comenzó a contabilizar los casos asintomáticos en el total de contagios informados por el Minsal. "Cada día es más evidente que la mayoría de las personas que hacen una infección por coronavirus, lo hacen en forma asintomática", dijo el ministro.

La estrategia del Gobierno ha sido la de testear a los contactos estrechos de los casos confirmados, para evaluar la proporción entre sintomáticos y asintomáticos. En el primer conteo, se registraron 520 pacientes con síntomas y 250 personas sin.

En abril también se anunciaba la estrategia de realizar testeos rápidos de anticuerpos al momento de levantar cuarentenas, para comprobar qué porcentaje de la población había portado el virus sin desarrollar la enfermedad. Ese punto todavía no llega.

El uso de mascarillas


"El uso de mascarillas faciales durante brotes de enfermedades virales como la enfermedad por coronavirus 2019 se ha demostrado en estudios científicos que solo es efectivo para proteger a los trabajadores de la salud y reducir el riesgo de que pacientes enfermos diseminen la enfermedad", informaba la OPS/OMS el 28 de febrero. Así, su uso se recomendaba para personas con síntomas respiratorios, para quienes brindaban atención a enfermos y para el personal médico.

La recomendación apuntaba en parte a evitar que las mascarillas quirúrgicas fueran agotadas por la población sana y desabastecieran a quienes requerían la protección. Con el tiempo, esta noción cambió. En abril, la OMS todavía recomendaba el uso de estos dispositivos solo para enfermos y sus cuidadores, pero ya entregaba sugerencias para el uso de cubrebocas hechos con otro materiales, como fijarse en el número de capas del tejido, en la transpirabilidad del material y sus cualidades hidrófobas.

"En la medida en que hemos avanzado en el conocimiento de este brote, es evidente que ha avanzado la información respecto al uso y su rol en la prevención del contagio o de contagiarse pasivamente"

Jaime Mañalich
En Chile, el Minsal también desaconsejaba su uso al principio, pero luego fue fomentándolo de forma escalonada: empezó por el transporte público a comienzos de abril, extendiéndolo a ascensores y recintos techados, como los supermercados, una semana después.

"En la medida en que hemos avanzado en el conocimiento de este brote, es evidente que ha avanzado la información respecto al uso y su rol en la prevención del contagio o de contagiarse pasivamente", dijo el ministro el 16 de abril.

Este mes, científicos de la Universidad de Hong Kong hicieron una prueba con hámsteres que demostró la eficacia de las mascarillas para reducir la propagación del virus, demostrando que disminuye en un 60% cuando existen mascarillas de por medio, sobre todo cuando las usan los infectados. "Ahora sabemos que una gran parte de las personas infectadas no presentan síntomas, así que el porte universal de mascarilla es verdaderamente importante", declaró a la prensa el profesor Yuen Kwok-yung.

La inmunidad


Otro punto de discordia han sido las características de la inmunidad luego de superar la enfermedad. A nivel mundial, países como el Reino Unido optaron inicialmente por no tomar medidas como el confinamiento y apostar por lograr "inmunidad de rebaño", es decir, que una mayoría de la población desarrollara anticuerpos al virus. Ante el avance de la pandemia, las autoridades retrocedieron y decretaron cuarentenas.

Suecia es otro país que ha adoptado medidas más relajadas para combatir el coronavirus, con la misma meta. Hace una semana, las autoridades sanitarias confirmaron que hasta fines de abril sólo el 7,3% de la población había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatir la enfermedad, muy por debajo del 70 a 90% necesario para crear "inmunidad colectiva". El porcentaje no está lejos de países donde sí se decretó confinamiento, como España, donde los resultados de un estudio realizado por el Gobierno mostraron que 5% de las personas habían desarrollado defensas al virus antes del 14 de mayo.

A mediados de abril, la OMS aseguraba que no tenía "una imagen completa sobre la inmunidad". Por esos días, emitió una nota científica sobre la idea de algunos gobiernos de impulsar "pasaportes de inmunidad" o "certificados de ausencia de riesgo" que "permitirían a las personas viajar o volver al trabajo por suponerse que están protegidas contra la reinfección". "Actualmente no existen datos científicos que demuestren que las personas que hayan pasado la covid-19 y presenten anticuerpos estén protegidas frente a una segunda infección", aseguraron.

En Chile, el Minsal afirmó que la iniciativa del "carnet covid" no era un pasaporte de inmunidad sino un documento que acreditaba que una persona había superado la infección y cumplido con su cuarentena, aunque al comienzo se presentó como un pase que excluía de cuarentenas y medidas restrictivas a los pacientes recuperados o con anticuerpos. "Voy a simular un edificio, donde hay una persona que pasó por esto y salió adelante, por lo tanto está inmunizada, no se va a enfermar de nuevo por coronavirus: puede representar una ayuda enorme para su comunidad", dijo el ministro el 9 de abril.

Con el tiempo, las autoridades sanitarias desistieron de la idea, pero por otros motivos: debido a que "podría desencadenarse un problema de discriminación bastante severo". También se abordó la inmunidad asociada a la proporción de asintomáticos. "Existe una posibilidad —una ilusión, llamémoslo así— de que si el comportamiento de este virus (...) afecta a la mayoría de la población sin hacer síntomas, eso querría decir que la duración total de esta pandemia podría ser mucho más breve. Antes de lo que pensábamos —y es una ilusión, pero hay alguna base para afirmarlo— la mayoría de la población podría quedar inmune", dijo el ministro.

A fines de este mes, Mañalich dio a conocer un estudio de la UDD que señala que sólo el 2,9% de la población de la Región Metropolitana ha desarrollado anticuerpos. El resultado, aseguró, es "decepcionante" y que eso volvía probable que tuviéramos "otro brote". De todas formas, el Minsal encargó un estudio para determinar cuánta inmunidad dejó el brote de coronavirus en Punta Arenas.

La hidroxicloroquina


El 25 de marzo, la OMS anunciaba un "megatrial" de cuatro tratamientos que habían sido apuntados como eficaces en la atención del covid-19. Entre ellos estaban los medicamentos contra la malaria cloroquina e hidroxicloroquina.

Según un informe del grupo de trabajo de la OMS que analizó el potencial de los medicamentos, ambos "recibieron una atención significativa" en muchos país. El interés generalizadó provocó "la necesidad de examinar la evidencia emergente para informar una decisión sobre su papel potencial".

Entre esos países se cuenta EE.UU., donde el Presidente Donald Trump admitió que tomaba hidroxicloroquina y aseguró que, tras pruebas iniciales con el medicamento, habían obtenido "resultados iniciales muy alentadores". Brasil, por su parte, aprobó la semana pasada el uso generalizado del medicamento en pacientes de covid-19, incluso con síntomas moderados.

Exactamente dos meses más tardes, el organismo anunció que detendría los ensayos con hidroxicloroquina tras la publicación de un estudio en la revista médica The Lancet que mostró un mayor índice de mortalidad en en quienes recibieron ese tratamiento.

"Tras leer la publicación, decidimos a la luz de estas dudas ser cautos y suspender temporalmente la afiliación a este medicamento", explicó la jefa de científicos de la OMS, Soumya Swaminathan. En principio, la suspensión no se aplica a la cloroquina, de donde se deriva el medicamento en cuestión.

La definición de casos


En Chile también ha evolucionado la manera de categorizar los casos y los criterios que se consideran para situar a alguien en alguno de ellos. Así, se ha ido redefiniendo la concepción de caso confirmado, sospechoso y probable.

El 27 de abril, el consejo asesor del Minsal propuso que se considerara como "caso confirmado" no solamente a los pacientes con síntomas y PCR+, sino también a quienes "tienen imágenes características en el examen de tórax" que presenten afecciones "que ya están estandarizadas internacionalmente como un caso positivo comprobado para coronavirus". También se agregó a quienes tienen un test serológico en sangre para anticuerpos como IGG o IGM.

El 20 de mayo, el ministro informó la adición del "caso probable" como "una persona que tiene síntomas, que se hace un examen de PCR y el resultado es indeterminado, vale decir, no es ni positivo ni negativo". "Hasta ahora, estas personas se debían hacer un segundo examen. Ese segundo examen ya no es necesario ni exigible", añadió.

También se considera caso probable "a una persona que ha estado en contacto estrecho" con un caso confirmado y que "desarrolle síntomas en los 14 días siguientes al contacto con esa persona que resultó enferma por coronavirus". Los casos probables se suman al total de confirmados, pero se contabilizan en una columna adicional.

En tanto, los casos sospechosos en abril eran todas las personas que presentaran fiebre superior a 37,8° "sin otra causa evidente" y también a quien "tiene síntomas sugerentes de una infección respiratoria, como dolores musculares, dolor en la garganta, tos, apremio respiratorio, dolor torácico, decaimiento, cianosis, diarrea y una respiración apurada jadeante", dijo el ministro. También se añadió a los síntomas, a la luz de la evidencia científica, la "alteración aguda del sentido del olfato o del gusto".

En mayo, los asesores determinaron que será considerada como sospechosa a toda persona que "desarrolla, sin haber tenido contacto con nadie, al menos dos síntomas típicos de esta infección", además de los contactos estrechos de los casos positivos. También se sumó a quien esté en contacto con otra persona que presente al menos un síntoma respiratorio dentro de los 14 días después de tener contacto estrecho con un tercero diagnosticado con PCR.
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