El mito de Ayrton Senna se inició a las 18:40 horas del 1 de mayo de 1994, cuando en el Hospital Maggiore de Bologna confirmaron su deceso. A 15 años de ese día, el accidente en Imola aún ofrece interrogantes.
El circuito Enzo y Dino Ferrari de Imola era considerado en 1994 uno de los más veloces, pero también era uno de los más antiguos y tenía problemas de seguridad.
El primer gran accidente ocurrió en 1981, cuando Gilles Villeneuve se estrelló entre las curvas Tamburello y Tossa, zafando de milagro. Seis años más tarde, Nelson Piquet chocó en Tamburello al pinchar una rueda, y en 1989, Gerhard Berger estuvo al borde de calcinarse en su Ferrari.
Claro, Imola carecía de vías de escape, barreras antigolpes y de servicios de seguridad veloces.
El fin de semana fatal de 1994 comenzó el viernes 29 de abril con un gran vuelo del Jordan de Rubens Barrichello por sobre la barrera de contención. El paulista quedó inconsciente y le fue practicada una traqueotomía en la pista. El sábado 30, el austríaco Roland Ratzenberger chocó a 300 km/h contra el muro en la curva Villeneuve. Su Simtek no aguantó el impacto y el piloto murió.
Ayrton Senna se estrelló en Tamburello el domingo a las 14:17 horas. Según las imágenes y la declaración de testigos como Damon Hill, su auto se desestabilizó al pasar a máxima velocidad por encima de los baches que se encontraban a la entrada de la curva Tamburello, que se tomaba a más de 250 km/h y en la que no existían barreras que pudieran desacelerar el golpe.
Al año siguiente, Tamburello fue transformado en una chicana y los muros fueron revestidos de neumáticos. Demasiado tarde.