Entrevistas
Testimonios

Peter Jahn, historiador:

"El nacionalsocialismo es parte de nuestro pasado, querámoslo o no"

Ernst Cramer, judío alemán

"Pensé que ni en 100 años iba a ser posible reconstruir Alemania"

Hannelore Lubach, alemana

"No había tiempo ni para pensar"

Horst Pillau, dramaturgo alemán

"Intentábamos vivir el caos lo más normal posible"

"El nacionasocialismo es parte de nuestro pasado, querámoslo o no"

A 60 años de la capitulación del Tercer Reich y fin de la IIGM el historiador Peter Jahn pone bajo la lupa a su país, a partir de su pasado.

Por Ilona Goyeneche, desde Alemania

Han pasado 60 años desde que Alemania se rindió y puso fin a uno de los acontecimientos históricos más violentos que se hayan registrado en la humanidad. Este país, que carga con las consecuencias del Tercer Reich, la aniquilación de millones de personas, en su gran mayoría judíos; que involucró prácticamente a todo el mundo y una enorme cantidad de civiles, y se destruyó a sí mismo, ha vuelto a recordar su historia.

Durante semanas anteriores al 8 de mayo, día en que se conmemora la capitulación de Alemania, los medios han entregado una increíble cantidad de testimonios de sobrevivientes y testigos de la Segunda Guerra Mundial, e imágenes y documentales han desfilado por la pantalla chica; la presa sacó ediciones especiales, la cartelera de cine ofrece películas que ponen a la luz más y más información y detalles de los que ya se manejan; y prácticamente todos los museos han montado exposiciones sumándose al movimiento general en Alemania de recordar los acontecimientos de hace sesenta años.

La Segunda Guerra Mundial marcó un antes y un después para Alemania. ¿Cómo es ese después y de qué manera el país se ha enfrentado a su pasado? El historiador Peter Jahn, director del museo alemán-ruso Karlshorst en Berlín, respondió a estas y otras preguntas.

Peter Jahn, historiador:

"El nacionalsocialismo es parte de nuestro pasado, querámoslo o no"

Ernst Cramer, judío alemán

"Pensé que ni en 100 años iba a ser posible reconstruir Alemania"

Hannelore Lubach, alemana

"No había tiempo ni para pensar"

Horst Pillau, dramaturgo alemán

"Intentábamos vivir el caos lo más normal posible"

- Ya han pasado 60 años del fin de la Segunda Guerra Mundial y, sin embargo, la manera con que se trata este acontecimiento histórico y las ceremonias que se han llevado a cabo hacen pensar que es un tema muy reciente. ¿Qué sigue significando esta fecha para Alemania?

"Estas fechas redondas siempre son una oportunidad para hacer una suerte de análisis y repaso de lo que fue el Tercer Reich y la guerra, y preguntarse qué es lo que significaron para el país, viéndolo además ahora desde una perspectiva más distante. Es el momento para preguntase dónde estamos nosotros y dónde estamos en comparación a los otros países de Europa, especialmente aquellos, que en algún momento fueron nuestro enemigos".

- ¿Qué diferencia hay entre la conmemoración del aniversario número 50, hace diez años, y las ceremonias de ahora?

"Ahora no es trata de una fecha tan significativa, si no más bien de una suerte de reafirmación de que sin la capitulación alemana, la situación hubiera sido inimaginable. La victoria del régimen nazi hubiera sido mucho peor que la cantidad de víctimas que trajo consigo la guerra. Lo que sí me atrevo a afirmar es que se ha vuelto nuevamente a un discurso de 'ya hemos hablado suficiente de las otras víctimas. Ahora hay que hablar también de las nuestras', refiriéndose a los exiliados alemanes, civiles muertos por los bombardeo o por los Aliados, etc. Y eso sería un gran error porque viéndolo estrictamente no se puede comparar la muerte de un judío en un campo de concentración con la muerte de alguien a causa de bombardeos.

- ¿Existe esa tendencia?

"Hubo un momento que sí. Recuerdo que durante mi generación, la de los años 50, sólo se hablaba, con respecto a la Segunda Guerra Mundial, de las víctimas alemanas. Se hablaba del sufrimiento de nuestras víctimas civiles y exiliados, de los prisioneros de guerra que estuvieron en manos de la Unión Soviética, etc. Esos eran los temas de los que se preocupaba la prensa y los analistas históricos cuando se hablaba de la Segunda Guerra Mundial. Eso ha cambiado y, sin embargo, siento que hasta hoy en día todavía hay una parte de las víctimas no alemanas que nuestra sociedad no ha integrado en su discurso de análisis histórico. Para darte un ejemplo, la gran cantidad de muertos no judíos de Europa del este".

Peter Jahn, historiador:

"El nacionalsocialismo es parte de nuestro pasado, querámoslo o no"

Ernst Cramer, judío alemán

"Pensé que ni en 100 años iba a ser posible reconstruir Alemania"

Hannelore Lubach, alemana

"No había tiempo ni para pensar"

Horst Pillau, dramaturgo alemán

"Intentábamos vivir el caos lo más normal posible"

- ¿Cuándo y a raíz de qué se comenzó a hablar de las otras víctimas?

"Tiene que ver en parte con el movimiento entre el 60 y 68. Nuestra generación fue la que comenzó a preguntar por esa otra parte de la guerra, los millones de judíos, el régimen nazi, las otras víctimas. En ese momento nació un nuevo conflicto entre nuestros padres que simplemente no hablaban del pasado o lo pintaban más positivo de lo que fue y los hijos, que reclamaban una parte de la historia que faltaba. Recién en los años 70 comenzó un análisis y estudio más intensivo sobre el régimen nazi y sus víctimas".

- ¿Es decir, aún se está en plena superación e integración de los hechos históricos?

"Exactamente, se está en pleno proceso".

- ¿Qué parte de la historia aún no se ha tratado lo suficiente?

"Por ejemplo, no se han tomado en cuenta un enorme grupo de presos políticos y civiles de la ex Unión Soviética que en menos de 10 meses se dejaron morir deliberadamente de hambre y enfermedad. Sin embargo, se les califica como víctimas de la guerra y no como asesinados".

- ¿A qué se debe esta demora en integrar estas otras víctimas?

"Durante años se debía a la guerra fría. Pero también se puede entender el hecho que ya ha sido suficientemente difícil asumir moralmente los 6 millones de judíos como para llegar y considerar aún más y más víctimas e integrarlas a nuestro entendimiento histórico. Esto es emocionalmente entendible pero moralmente descalificable".

- Los medios han hecho una completa cobertura sobre la Segunda Guerra Mundial. ¿Ha aumentado la preocupación por este tema?

"Uno de los responsables de que se hable sólo de esto son los mismos medios. Se trata de una fecha atractiva mediáticamente y sienten la obligación de ofrecer más información que su competencia, terminando sobrecalentando el tema. Por otro lado, se sabe este es el último aniversario en que la gran mayoría de los testigos de la Segunda Guerra Mundial estén vivos. Suena macabro, pero lamentablemente es verdad. Para la conmemoración de los 70 años ya no va a haber prácticamente nadie porque muchos ya tienen setenta y algo años".

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Horst Pillau, dramaturgo alemán

"Intentábamos vivir el caos lo más normal posible"

- Más de la mitad de los alemanes nació después de la Segunda Guerra Mundial. ¿Hasta qué generación llega la culpabilidad?

"No creo que la debamos seguir teniendo. Ni yo, que nací en 1941. Tengo que confrontarme a mis padres y su generación, eso sí. En cuanto a mis hijos, claro a ellos les interesa saber qué es lo que hicieron los abuelos y entender más sobre el gobierno nazi. Pero ahí a que sientan culpabilidad, no corresponde. Individualmente no es mi problema, lo que sí, tenemos que entender que estos acontecimientos son una etapa que nos pertenece y que nos define históricamente. Los doce años de nacionalsocialismo son parte de nuestro pasado, querámoslo o no".

- ¿Se puede decir que ha resurgido un nuevo movimiento de nazis?

Para eso hay varias explicaciones. Hay una cierta continuidad de algunos antiguos nazis, pero más que nada en cuanto a los más jóvenes, la adherencia al nazismo nacen muchas veces a partir de una búsqueda por hacer resistencia en contra de mi generación y provocarla. Abandonan el movimiento en el momento que también ya no tienen esa necesidad. El resto que se queda es una grupo de un nivel socioeconómico muy bajo, no muy inteligentes, que no gozan de ningún tipo de prestigio y que se sienten representados de alguna manera con lo que plantea el movimiento. Encuentran en el nazismo el discurso “yo soy germano por eso soy dueño de la humanidad”. A eso se le suma la situación económica con 5 millones de desocupados que se vive actualmente en Alemania. Si tuvieran un trabajo con el que se pueden valer a sí mismos, no tendrían que huir en este mundo imaginario.

Lo peligroso es en el área político donde a veces la línea que separa el conservador del nazi no está muy clara y el primero comience a incluir a la extrema derecha a su partido sin importarle mucho su postura.

Finalmente hay que ver que aunque hace diez años se decía que era una tendencia netamente alemana, hoy en día ya sabemos que los fascistas están en toda Europa. Si llegáramos a comparar, me atrevo a decir que nos encontramos en un término medio.

- ¿De qué manera ha marcado la Segunda Guerra Mundial el rol y desempeño político de Alemania?

"Hasta 10 a 15 años atrás nuestro país era económicamente un gigante, pero políticamente un enano. Hasta ese momento su desempeño político fue más bien reservado. Hoy en día esto se está cambiando lentamente. Alemania está mucho más activa en cuanto a su política exterior. Sin embargo, sigue prefiriendo operar en conjunto con otros organismos, empezando por la UE. Aunque en el caso de Irak actuó de manera independiente, lo que fue bueno, Alemania sigue siendo más cuidadosa políticamente y puede que no lleve a cabo una medida si no cuenta con el respaldo suficiente de otros países".