Aunque aparentemente era toda una "profesional de la realeza", por dentro los problemas aparecían. En primer lugar, por su intención de no ceñirse a las normas y por la tenaz oposición de Rainiero para que retomara su carrera de actriz. Segundo, por los problemas de educación de sus hijos. La princesa mataba el gusanillo con lecturas poéticas o poniendo su voz para series televisivas.

Los problemas conyugales comenzaron a aparecer, y las escapadas de Gracia de Mónaco a París eran cada vez más frecuentes, apareciendo de nuevo los rumores de idilios de la princesa con uno que otro joven.

Pero lo que hace que la figura de Grace Kelly deje de ser para el imaginario colectivo la de la joven y radiante actriz de sus películas, serán los 'affaires' de su hija mayor Carolina, su matrimonio con un play boy 1977 y la intención de la menor, Estefanía, de seguir los pasos de su hermana. Poco amantes de la disciplina y de los estudios, harán que, ante el público, Gracia aparezca como una madre severa que intenta aplacar a sus desatadas hijas.

Así, el 14 de septiembre de 1982 ella y su hija Estefanía protagonizan un confuso accidente. La princesita se salva, pero Grace muere un día después.

El que debe soportar, entonces, los escándalos de las hijas y la eterna soltería de Alberto, es Rainiero, quien muere el 6 de abril del año pasado, tras sufrir graves problemas al corazón.

Parece así hacerse efectiva la maldición que pesa sobre los Grimaldi y que los conjura a no encontrar jamás la felicidad en el matrimonio…


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