

Tiene un V8 de 360 CV que le permite ir de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos.
Aunque faltan varias semanas para el Salón del Automóvil de Santiago, Mercedes-Benz reveló su primera estrella para ese evento. Se trata de un roadster SLK 55 AMG, uno de los puntos más altos en la gama de deportivos de la marca que, asegura, "está reservada sólo para aquellos con sangre fría".
Para empezar posee AMG V8 de 5,5 litros con unas prestaciones récord en su categoría: 360 CV de potencia y un par máximo de 510 Nm.
Ante una motorización así, hay que estar a la altura de las circunstancias. La caja de cambios automática de siete velocidades AMG Speedshift favorece los cambios de marcha especialmente rápidos.
Se manejan a través del volante, con lo que conjuga las ventajas de un cambio manual con las de una transmisión automática normal.
La que veremos en el salón es la versión más reciente de este auto, cuya carrocería de una sola pieza es mucho más ligera que su predecesor para mejorar sus prestaciones deportivas.
Sus llantas de 19 pulgadas le dan una presencia de poder a su diseño, y en sentido general el modelo hace honor a todo lo que parezca emocionante.
Con una presencia amplia, fuerte y baja, la primera impresión que produce el SLK 55 AMG es algo especial. El frente resulta fascinante con el nuevo estilo AMG. Dos nuevas entradas de aire garantizan un mejor enfriamiento del motor.
A la nueva presencia contribuyen además los tapabarros delanteros, que son más anchos, fabricados de fibras de grafito reforzadas con plástico.
Rápido y liviano
El techo fijo también está hecho del plástico CRP, con la parte central en color negro con estructuras de grafito. El modelo no descapotable ahora tiene un centro de gravedad más bajo y su peso es menor, por lo que su promedio de peso/potencia ha mejorado de manera considerable de 4,3 a 3,7 kg/HP.
Esta combinación de un vehículo de poco peso con un motor de altas configuraciones debería garantizar un manejo de primera clase. Es por eso que la aceleración de 0 a 100 kilómetros por hora se consigue en apenas 4,5 segundos. Después de 15 segundos el SLK 55 llega a 200 kilómetros por hora.

