A la madrugada
nació el Niño dios;
como la alborada
dio su luz el sol.
La mula se espanta
con el resplandor,
y el buey, con el vaho,
calienta al Señor.
El infierno tiembla,
Y el demonio llora,
Al ver que ha nacido
El rey de la gloria.
Canten pajaritos
con mucho contento;
diviertan al Niño
en su nacimiento.
Los gallos cantaron,
las aves salieron;
árboles y plantas
allí florecieron.
A la rorro, Niño,
a la rorro ro,
te ofrezco mi vida
y mi corazón.