Del cielo salía Dios
En un coche muy bonito;
Unas nubes lo pararon
Con el fulgor de su brillo.
-¿Qué me quieren, señoritas,
que no ven que llevo al Niño?
-Baje, Señor, que lo esperan
los hombres muy afligidos.
Una estrella le pusieron
para tirar el carrito,
dos animales dorados,
un zorzal y un palomito
que lo trajeron volando
al pesebre suave y tibio.
Allí todos le cantaron
porque venía dormido;
inclináronse los ángeles
ante el milagro divino.